Era tiempo de decir las cosas, así fue como empezó su día, era el momento oportuno en el que los sentimientos tenían que salir para dejar vacío por dentro y ver, si con el tiempo se volvía a llenar.
Es ese momento entre no hay remordimiento, pero si miedo. No hay arrepentimiento, pero si angustia.
Al final lo cierto es que ya nada es cierto.... Y no es pesimismo, es solo el más xcrudo realismo.
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